Este año no te puse ofrenda, no encendí veladora, ni te lloré.
Encendí recuerdos, repartí memorias
y canté tus canciones favoritas a todo pulmón.
No sólo en Noviembre,
que siempre viene acompañado de tu nombre de la mano.
Desde hace tiempo, tu nombre ha vuelto a saber a juventud y alegría.
El recuerdo de Lula niña se va alejando,
el recuerdo de Lula enferma va desapareciendo.
El paso de niñez a juventud de mis hijos
me ha hecho reencontrarme con la Lula con la que más me identifiqué,
con la que más conviví, a la que más amé.
La joven que organizaba reuniones y fiestas.
Que me llevaba de pachanga con sus amigos y paseaba con los míos.
Que siempre estaba rodeada de gente
y radiaba energía al entrar a cualquier lugar.
Con ella me puse a bailar con los ojos cerrados,
volvimos a viajar juntas e ir a conciertos.
A convivir no sólo como hermanas, sino como amigas también.
Ahora llega el 18, marcando 18 años de tu partida.
Hoy me vuelves a saber a recuerdo,
y la melancolía me volvió a visitar.
Pero mañana,
cuando vuelva a ver el brillo en los ojos de mis adolescentes,
volverás a cobrar vida, volverás a radiar.
Porque te fuiste joven y por siempre joven te quedarás.
/Luisa
Noviembre 18, 2021