Una década, un cuarto de mi vida sin verte.
Y mi relación con tu yo sin cuerpo ha ido cambiando.
En los primeros años, tu presencia me seguía,
más como un juez que como un consuelo.
Luego tu ausencia fue la que se hizo presente.
Ahora tu silencio me grita que estoy sola.
Pero sé que éste estado volverá a cambiar.
Todo cambia, aunque en el exterior se vea igual.
Vendrán más inviernos llenos de esperanzas falsas.
Más desilusiones durante las primaveras.
Y en los veranos lloraré creyendo que no hay cambio alguno.
Pero vendrán más otoños como éste.
Claros y con árboles llenos de color.
Con cielos despejados y con relativo calor.
Y aunque como siempre vengan acompañados de obscuridad,
este otoño, esta década, me ha enseñado que un rayo de luz,
por más tenue que sea, brilla más en la obscuridad.
Noviembre 18, 2013