Vestido de negro llega Noviembre una vez más.
Su extensa sombra todo lo obscurece.
Su espeso abrigo de nubes no para de gotear.
Su sombra me alcanza.
Su lluvia me empapa.
Su respiración fría crea una capa de hielo a mí alrededor.
Al principio me hace sentir protegida, pero no me deja mover.
Sus pasos lentos sacuden el suelo.
Me siento caer.
Se detiene en el décimo octavo peldaño.
Todo se para.
No hay obscuridad, no hay aire, no hay frío.
Nuestras miradas se cruzan.
Sus ojos opacos están vacíos de esperanza.
Vacío, esa es la palabra, vacío.
Noviembre te llevó y dejó el vacío.
Te busco entre su abrigo de nubes.
Nada.
El me mira con un semblante entre burla y ternura,
Le divierte mi intento y me pregunta:
“¿No te has dado cuenta todavía?,
Ya son 9 años.
La muerte es un estado permanente.
Ella, ya no volverá.”
Noviembre 18, 2012